DICAF

El chicle de nicotina está indicado en fumadores muy motivados para dejar de fumar, que necesiten altos niveles en sangre y capaces de entender la correcta utilización del chicle. Se trata de una resina de nicotina en forma de chicle. La nicotina se libera al masticar, con el pH alcalino salivar. Se absorbe lentamente a través de la mucosa bucal. La concentración plasmática se relaciona con la cantidad liberada de resina, que a su vez depende de la fuerza, rapidez y duración de masticación. Con la correcta utilización del chicle se alcanzan niveles de 5-10 mcg/l a los 15-30 minutos. La posología puede ser a demanda del paciente, o bien, un chicle cada 1 o 2 horas. La información al paciente es primordial para la correcta utilización del fármaco. Debe entender el paciente que se trata de un fármaco y no de un chicle. Una vez en la boca debe masticarse lentamente. Cuando se note un sabor picante u hormigueo en los labios (a los 2-3 minutos) debe dejarse de masticar y colocarlo debajo de la lengua o en los laterales de la boca (durante 2-3 minutos o hasta que desaparezca el sabor a nicotina). Cada chicle libera nicotina durante 30 minutos. Debe evitarse tomar café o bebidas gaseosas antes y durante el uso del chicle. Los efectos adversos son alteraciones en la mucosa oral y/o dientes, artralgia temporomandibular, halitosis, sequedad de labios, irritación de garganta, hipo, flatulencia, dispepsia, náuseas, sialorrea, insomnio, irritabilidad y palpitaciones. Se evitan o miniminizan con la correcta utilización de los chicles. La nicotina que se traga pierde la actividad farmacológica, es destruida por los jugos gástricos o por metabolismo hepático. Los tratamientos deben individualizarse en función de las necesidades del paciente. Debe iniciarse con dosis de 2 mg y no deben tomarse más de 30 chicles al día de 2mg ni sobrepasar 20 chicles al día de 4mg, las 2 presentaciones existentes en el mercado. Debe utilizarse las menores dosis y durante el menor tiempo posible.