Sesión Bibliográfica. 01 de Octubre de 2002 (41)

La vitamina C o ácido ascórbico es hidrosoluble y actúa como cofactor en la síntesis de colágeno, también es un potente antioxidante y además, interviene en la síntesis hormonal, la cicatrización de heridas y la absorción de hierro. La ingesta diaria recomendada es de 60 mg. Las fuentes alimentarias de vitamina C son los cítricos, fresas, melones, tomates, brócoli y pimientos. El déficit de vitamina C se caracteriza por un riesgo de sangrado y dosis excesivas pueden producir diarreas y náuseas. La acción antioxidante de la vitamina C parece que podría relacionarse con un efecto protector de enfermedad coronaria, aunque en general la evidencia existente es poco concluyente. La prevención de la enfermedad coronaria, según algunas observaciones, podría verse potenciada con la adición de la vitamina E a de la vitamina C; en este momento existen ensayos clínicos en marcha que pretenden valorar el efecto de esta combinación. Las dietas ricas en vitamina C (a partir de frutas y vegetales) se han asociado a una reducción en la incidencia de cáncer; para el cáncer de cavidad oral, esófago, estómago y mama la evidencia es moderada, pero se desconoce si esta observación podría deberse a la vitamina C o a otros nutrientes componentes de las frutas y vegetales, ya que no existen estudios que apoyen la hipótesis de que los suplementos de vitamina C disminuyen el riesgo de cáncer.
Palabras claves:
  • VEGETALES
  • FRUTAS
  • CANCER
  • CORONARIOPATIA
  • DOSIS
  • DEFICIT
  • DIETAS

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.