Sesión Bibliográfica. 01 de Febrero de 2003 (45)

Es un hecho demostrado que los betabloqueantes prolonga la vida y reducen el riesgo de progresión de la enfermedad en pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva. Hoy en día permanecen infrautilizados por el miedo de los médicos a que los pacientes que inician tratamiento con betabloqueantes sufran disminuciones en la presión arterial y retención de sodio que deriven en episodios de hipotensión sintomática o empeoramiento de la propia insuficiencia cardiaca durante las primeras 4-8 semanas. Además muchos médicos asumen que los beneficios de esta terapia son tardíos, observándose después de varios meses. Estas creencias derivan de estudios no controlados, habiéndose realizado solo dos ensayos controlados con betabloqueantes que describan la situación clínica durante el inicio de la terapia. En ambos casos el inicio del tratamiento pareció tolerarse bien en pacientes con insuficiencia cardiaca congestiva moderada, pero no en la severa en que parecía haber un aumento del riesgo de empeoramiento de la enfermedad al principio del tratamiento y con la retirada del fármaco. Recientemente se ha llevado a cabo el estudio COPERNICUS con betabloqueantes en insuficiencia cardiaca congestiva severa, en el que se ha observado que los pacientes tratados con betabloqueantes reducían el riesgo de muerte en un 35% respecto a placebo. Este estudio es ideal para evaluar el riesgo y beneficio durante los primeros días de tratamiento con betabloqueantes en pacientes con insuficiencia cardiaca severa. Se incluyeron 2.289 pacientes con fracción de eyección inferior al 25% y en situación de normovolemia, que fueron randomizados para recibir placebo o carvedilol. El tratamiento con carvedilol se inició con 3,125 mg/12h que aumento hasta alcanzar los 25 mg/12h. Durante las primeras 8 semanas de tratamiento, los pacientes tratados con carvedilol, tuvieron menos riesgo de muerte, muerte u hospitalización, y muerte, hospitalización o retirada de la medicación, observándose esta diferencia a los 14-21 días del inicio del tratamiento. En cuanto a los efectos adversos, la medicación se retiró en un número semejante de pacientes en ambos grupos, no existiendo tampoco diferencia entre los que lo hicieron por empeoramiento de la insuficiencia cardiaca. La incidencia de efectos adversos graves fue menor en el grupo de pacientes tratados con carvedilol (13, vs 15,0%), especialmente en los pacientes de alto riesgo (16,2 vs 22,2%). El único efecto adverso con una frecuencia superior al 2% fue el empeoramiento de la insuficiencia cardiaca, pero presentó una incidencia semejante en los pacientes tratados con placebo y carvedilol (6,4 vs 5,1%), incluso en los pacientes con alto riesgo (11,4 vs 8,8%). El grupo tratado con carvedilol presentó más episodios de temblores, hipotensión, edema y bradicardia, aunque estas reacciones en general no se consideraron graves y solo en un pequeño número de casos derivaron en la retirada de la medicación. Estos resultados ponen de manifiesto que el tratamiento y ajuste de dosis con betabloqueantes durante las primeras semanas de tratamiento no aumentan el riesgo de efectos adversos graves, incluidos empeoramiento de la insuficiencia cardiaca, edema pulmonar, shock cardiogénico o muerte. También demuestran que los beneficios de esta terapia no son tardíos, sino que durante las primeras 8 semanas de tratamiento se observaron menos muertes u hospitalizaciones en los pacientes tratados con carvedilol, especialmente en los pacientes con un riesgo elevado.
Palabras claves:
  • INSUFICIENCIA
  • BETABLOQUEANTES
  • CARVEDILOL

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.