La gastroscopia establece el diagnostico definitivo de úlcera y permite valorarla y tomar muestras para estudiar la infección por H pylori por histología, detección de la ureasa (enzima producida por H. pylori), y cultivo microbiológico de la bacteria.
También se puede detectar la bacteria por técnicas no invasivas, como estudio de anticuerpos anti H. pylori, o el test del aliento, en el que se administra al paciente urea marcada con 13C, y se detecta 13CO2 espirado, producto de degradación de la ureasa bacteriana. Esta última prueba es sencilla y presenta especificidad y sensibilidad del 95%, lo que le confiere gran utilidad para diagnosticar la infección, o confirmar la erradicación después de un tratamiento.
Hoy en día se acepta que, pacientes menores de 45 años diagnosticados de úlcera duodenal con sintomatología de alarma, deben realizar el tratamiento erradicador empírico sin necesidad de realizar ningún test. Por el riesgo de cáncer gástrico, en caso de ulcera gástrica, en mayores de 45 años se recomienda endoscopia, y en los menores de esta edad test del aliento. En caso de síntomas de alarma, estará siempre indicada la endoscopia. En general, se deben tratar todas las úlceras, activas o no, y especialmente si hay complicaciones o sean refractarios al tratamiento habitual.
La erradicación de H. pylori es complicada por su ubicación bajo la capa mucosa y en un entorno muy ácido, por lo que son pocos los fármacos útiles. Estos son: tetraciclina, metronidazol (o tinidazol), bismuto, amoxicilina, claritromicina e inhibidores de la bomba de protones, debiendo utilizarse al menos dos antibióticos y un antisecretor, por lo que hoy en día se usa una terapia múltiple con tres o cuatro fármacos, pasando a describir las más habituales.
La terapia triple debe durar una semana, con un inhibidor de la bomba de protones, omeprazol 20 mg o lansoprazol 30 mg dos veces al día, mas alguna de las siguientes combinaciones de antibióticos: metronidazol (500 mg/12h) o tinidazol (250 mg/12h) mas claritromicina (500 mg/12h); amoxicilina (1.000 mg/12h) mas claritromicina (500 mg/12h); o amoxicilina (500 mg/8h) más metronidazol (500 mg/8h).
La terapia cuádruple consiste en un tratamiento de dos semanas, con un inhibidor de la bomba de protones, subcitrato de bismuto coloidal (250 mg/6h), tetraciclina (500 mg/6h) y metronidazol (500 mg/6h).
La tasa de reinfección tras el tratamiento en nuestro entorno ronda el 1% anual. En pacientes con hemorragia digestiva se debe confirmar la erradicación del H. pylori antes de retirar el tratamiento antisecretor. Aún así, en la actualidad se confirma en todos los pacientes tratados. En la úlcera duodenal se puede hacer por métodos no invasivos, y en la úlcera gástrica, se puede aprovechar la endoscopia que se hace para comprobar la cicatrización de la úlcera, para tomar una muestra y hacerle un test rápido de ureasa y un estudio histológico de biopsia.
Cuando un tratamiento erradicador fracase, se debe realizar un nuevo tratamiento cambiando un antibiótico, o pasando a terapia cuádruple. En caso de un nuevo fracaso, se tomara muestra para estudiar la sensibilidad de la bacteria.
Palabras claves:
- GÁSTRICA
- DUODENAL
- HELICOBACTER PYLORI
- HEMORRAGIA
- PEPTICA
- ULCERA
- DIGESTIVA
NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.