La disfunción eréctil, mal llamada impotencia, es la incapacidad repetida de alcanzar y mantener una erección suficientemente firme como para mantener una relación sexual. También puede abarcar otras patologías, como la enfermedad de Peyronic, en que se produce una curvatura del pene durante la erección, el priapismo y la eyaculación precoz. Sin embargo, deja fuera los problemas relacionados con la falta de deseo sexual, eyaculación u orgasmo. Se puede clasificar en incapacidad total para producir una erección, incapacidad intermitente o tendencia a mantener solo erecciones leves.
Se estima que en nuestro país representa un problema que afecta a 2-4 millones de hombres, según la definición. En los últimos años se están disparando las visitas al médico motivadas por una disfunción eréctil, lo que parece debido al aumento de tratamientos disponibles para esta enfermedad, especialmente tras la introducción de la viagra, que ha sido muy publicitada.
La disfunción eréctil se puede dar en cualquier momento, pero la incidencia aumenta con la edad, estimándose en un 5% en los hombres de 40 años, y entre el 15-25% en los hombres de 60 años. Con la edad también se pueden producir erecciones más costosas, menos firmes y con un mayor tiempo de recuperación entre dos erecciones. Así mismo, los orgasmos suelen ser menos intensos y con un menor volumen de eyaculación.
El proceso de la erección implica una secuencia que comienza por un estimulo sensorial o mental, generándose un impulso nervioso cerebral cerebral, que a través de los nervios produce una relajación del músculo liso de los cuerpos cavernosos, y con ello su llenado. En la erección también es importante el tejido conectivo que forma parte de los cuerpos cavernosos.
La lesión de nervios, arterias, músculo liso y/o tejido conectivo puede desembocar en una disfunción eréctil. Por ello el 70% de los casos se asocian a enfermedades que pueden afectar a estas estructuras, como diabetes, insuficiencia renal, alcoholismo crónico, esclerosis múltiple, arteriosclerosis, enfermedades neurológicas y vasculares, lesiones del pene, médula espinal, próstata, vejiga y pelvis. También se pueden dañar estas estructuras en determinadas cirugías, como prostatectomía radical.
Otras causas pueden ser psicológicas, responsables del 10-20% de los casos, entre los que podemos citar: estrés, ansiedad, fatiga, depresión, sentimientos negativos de, o hacia, la compañera sexual, sentimiento de culpa, baja autoestima o temor al fracaso.
Otras causas son tabaquismo, trastornos hormonales y el uso de determinados medicamentos, como antihipertensivos, antihistamínicos, antidepresivos, tranquilizantes, supresores del apetito y cimetidina.
Palabras claves:
- TALADAFILO
- ALPROSTADILO
- DISFUNCIÓN ERÉCTIL
- PENE
- SILDENAFILO
- VARDENAFILO
- VIAGRA
NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.