Sesión Bibliográfica. 01 de Enero de 1995 (6)

El límite superior de la uricemia se fija alrededor de 360 µmol/L (60 mg/L) para la mujer y de 420 µmol/L (70 mg/L) para el hombre. Según estos criterios la prevalencia de la hiperuricemia sería de 2-13% entre la población adulta (frente al 1-4% para la gota). La hiperuricemia asintomática (sin complicación litiásica o gotosa) suele ser idiopática pero a veces es de origen yatrogénico (especialmente debida a diuréticos tiazídicos ) o consecuencia de algunas afecciones (insuficiencia renal crónica, hemopatías malignas). La prescripción de alopurinol para "controlar" la hiperuricemia asintomática no tiene fundamento alguno, porque, por una parte, está demostrado que las medidas higienodietéticas que prescriben una ingestión abundante de líquidos (para obtener una diuresis > 2 L/día) acompañada de un régimen pobre en proteínas animales, bastan para prevenir eficazmente la litiasis úrica, y, por otra parte, si bien es cierto que para estos pacientes existe un mayor riesgo de gota (afección fácil de curar) éste es poco en valor absoluto y no justifica recurrir a un medicamento cuyos efectos adversos pueden ser ocasionalmente mortales ( síndrome de Lyell ). Sólo en caso de que existan antecedentes litiásicos o gotosos puede estar justificada la prescripción de alopurinol para la hiperuricemia asintomática.
Palabras claves:
  • COMPLIOCACIONES
  • INDICACIONES
  • RIESGO
  • CONSEJOS
  • EFECTOS-ADVERSOS
  • CAUSAS
  • DIETA
  • RECOMENDACIONES

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.