Sesión Bibliográfica. 01 de Enero de 1995 (6)

Un 60-70% de las embarazadas sufren de ardores epigástricos. Los síntomas suelen iniciarse entre el 1º y 2º trimestre de gestación, agudizándose durante el 2º y 3º. Estos ardores parecen debidos a los cambios hormonales que disminuyen el presión del esfínter esofágico, produciéndose un reflujo gastroesofágico de ácido. También se puede producir un reflujo de contenido alcalino duodenal. El tratamiento de la pirosis es sintomático, incluyendo la exclusión de alimentos y hábitos que empeoren los síntomas (grasas, chocolate, alcohol, café, té y tabaco), realizar comidas ligeras y frecuentes, y no comer 4 horas antes de acostarse. En casos agudos se prescriben antiácidos, que no parecen peligrosos para el feto, pero debido a los escasos ensayos clínicos en gestantes, y a los pocos datos sobre su seguridad, se aconseja no usarlos en el primer trimestre. Es preferible usar antiácidos que no se absorban, como el ácido algínico, o que lo hagan poco, como el hidróxido de aluminio y el trisilicato de magnesio. Se desaconseja el uso de bicarbonato sódico por la posibilidad de que produzca alcalosis metabólica y retención de líquido, tanto en la madre como en el feto. El sucralfato, categoría B, es muy seguro, puesto que se absorbe escasamente en el tracto gastrointestinal. Aunque la toxicidad por aluminio está bien documentada, parece que el aluminio contenido en el sucralfato, utilizado a dosis normales, no origina efectos teratógenos. En general los antiulcerosos se consideran menos seguros que los antiácidos y el sucralfato, y dentro de éstos el omeprazol (categoría C) parece menos seguro que los antihistamínicos H2 durante el embarazo.
Palabras claves:
  • SUCRALFATP
  • ALUMINIO
  • TERATOGENIA
  • BICARBONATO
  • MAGNESIO
  • ANTIÁCIDOS
  • DIETA
  • OMEPRAZOL
  • ANTIHISTAMÍNICOS
  • ALGÍNICO

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.