Sesión Bibliográfica. 13 de Julio de 2015 (390)

La mucoviscidosis o fibrosis quística es una enfermedad genética, hereditaria, autosómica recesiva, debida a una mutación localizada en un gen del cromosoma 7. La proteína anómala formada produce una alteración en la permeabilidad de los iones cloro a través de su canal específico de transporte. Patológicamente se caracteriza por una anormalidad de las funciones glandulares, con producción de un moco espeso y una disminución del aclaramiento mucociliar que provoca un proceso pulmonar crónico (síntomas pulmonares),  insuficiencia  pancreática exocrina y  malabsorción (síntomas digestivos). A medida que la enfermedad progresa, se desarrolla colonización bacteriana seguida de respuesta inflamatoria. Existen distintos factores que pueden alterar la disposición y en consecuencia producir una disminución de la concentración plasmática de ciertos fármacos si se utilizan a dosis estándar. 

Los pacientes afectos de fibrosis quística presentan una menor  tasa de absorción, un volumen aparente de distribución elevado, y un mayor aclaramiento plasmático para algunos fármacos, como los aminoglucósidos, penicilinas, cefalosporinas y cotrimoxazol, que en combinación  con la dificultad de penetración en el tejido pulmonar, implica la necesidad de administrar dosis más altas para obtener niveles plasmáticos terapéuticos que nos aseguren la eficacia de los medicamentos, fundamentalmente para el tratamiento de infecciones respiratorias. El volumen aparente de distribución también puede verse alterado debido al poco tejido adiposo que presentan estos pacientes y a su malnutrición, por lo tanto, los aminoglucósidos y algunos betalactámicos, al ser fármacos hidrosolubles tendrán un volumen de distribución más elevado y requerirán dosis superiores para conseguir concentraciones terapéuticas.  Por este motivo, es especialmente aconsejable el ajuste de dosis mediante monitorización farmacocinética en estos pacientes. 

La disminución de la absorción es debida a una serie de alteraciones en la fisiología del tracto gastrointestinal, como la hipersecreción de ácido gástrico, malabsorción de ácidos biliares y daño a nivel de la mucosa del intestino. También se observa una alteración de la distribución por la hipoalbuminemia e hipogammaglobulinemia existente, ya que la disfunción hepática reduce la producción de proteínas y esto se verá reflejado en el aumento del volumen de distribución. El aclaramiento hepático de muchos fármacos está alterado por el incremento del flujo circulatorio hepático y por el incremento de la actividad de algunas enzimas hepáticas como el CYP1A2, CYP2C8 y acetiltransferasas. El aclaramiento renal también se ve aumentado en algunos pacientes con fibrosis quística, dependiendo de la edad y la gravedad de la enfermedad, por la presencia de glomerulomegalia e hiperfiltración; se ha observado además, un incremento en la secreción tubular de algunos medicamentos como las penicilinas y una disminución de la reabsorción tubular como ocurre con los aminoglucósidos. A pesar del elevado aclaramiento, en el tratamiento de las exacerbaciones pulmonares se recomienda el uso de aminoglucósidos pautados como dosis única diaria en régimen extendido. La farmacocinética de las fluoroquinolonas y la vancomicina no se encuentra muy afectada en estos pacientes, aun así, se necesitan elevadas dosis para combatir posibles infecciones. 

La alteración de la disposición en estos pacientes puede afectar a fármacos con un estrecho margen terapéutico y a aquellos con un elevado grado de variabilidad en sus parámetros farmacocinéticos. Por lo tanto, la dosis apropiada para la edad puede verse alterada basándose en los resultados de las concentraciones de fármaco en sangre. 

Los pacientes afectos de fibrosis quística sufren colonización respiratoria que se traduce frecuentemente en infección respiratoria, por ello deben recibir tratamiento antiinfeccioso inhalatorio, para conseguir elevadas concentraciones de fármaco en el lugar de la colonización, disminuyendo así el riesgo de exacerbaciones, que requieren tratamiento antiinfeccioso sistémico. 

En la antibioticoterapia sistémica es importante conseguir niveles plasmáticos elevados a nivel respiratorio, y, en base a las características farmacocinéticas que se han descrito, las dosis deben ser elevadas y se aconseja estrecha monitorización farmacocinética. En la tabla 1 se detallan las dosis recomendadas de antibióticos más habituales en el tratamiento de infecciones respiratorias de pacientes pediátricos con fibrosis quística. 

Tabla 1. Dosificación de antimicrobianos en niños afectos de fibrosis quística. 

Antibiótico

Vía de administración

Dosis niños

Ceftazidima

Intravenosa

150-200 mg/kg/día c/6-8 h  (máx. 6g/día)

Meropenem

Intravenosa

40mg/kg/ c/8 h (máx. 2g/dosis)

Amikacina

Intravenosa

10 mg/kg/dosis c/8h

30-35 mg/Kg/dosis c/24 h (intervalo extendido) recomendado

Tobramicina

Intravenosa

 

 

 

Inhalada

3.3 mg/kg/dosis c/8 h 

10-12 mg/kg/dosis c/24h (intervalo extendido) recomendado

 

300 mg/12 h

Gentamicina

Intravenosa

3.3 mg/kg/dosis  c/8h

10-12 mg/kg/dosis c/24h (intervalo extendido) recomendado

Ciprofloxacino

Oral

Intravenosa

40 mg/kg/día c/12 h  (máx. 2g/día)

30 mg/kg/día c/8-12 h  (máx. 1.2g/día)

Vancomicina

Intravenosa

60 mg/Kg/día c/6-8 h  

 

 En el curso se revisan otras patologías que afectan al comportamiento farmacocinético y farmacodinámico de los medicamentos.

Palabras claves:
  • farmacocinética
  • dosificación en pediatría
  • Fibrosis quística

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.