Sesión Bibliográfica. 09 de Noviembre de 2015 (407)

La hipertensión pulmonar ocurre cuando existe una presión anormalmente alta en las arterias pulmonares debido a un estrechamiento de los vasos, lo que dificulta el fluir de la sangre en la circulación menor hacia los pulmones y obliga al corazón a tener que realizar un gasto extra para poder vencer esta resistencia, presentando, en las personas afectadas, dificultad para la respiración, cianosis y tendencia al desmayo como síntomas más representativos. La enfermedad se asocia con diversas afectaciones cardíacas y pulmonares, y en neonatos, lactantes, y niños de mayor edad, con diversas enfermedades sistémicas, contribuyendo todo ello a una morbilidad y mortalidad significativas. Si bien la hipertensión pulmonar puede ser una condición aislada causada por problemas circulatorios a nivel pulmonar, en ocasiones se produce como complicación de otras afectaciones cardíacas o pulmonares graves, entre las que se incluyen la enfermedad cardíaca congénita, la displasia broncopulmonar y la hernia congénita de diafragma. Las directrices existentes para el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión pulmonar en adultos no se consideran aplicables a los niños debido a las diferentes causas subyacentes de la enfermedad. La falta de guías de consenso específicas en el ámbito pediátrico ha supuesto que los enfoques actuales para la atención a estos pacientes hayan sido limitados. En un esfuerzo conjunto de la "American Heart Association" y la "American Thoracic Society", un grupo de médicos clínicos y médicos científicos experimentados se reunieron para revisar la literatura disponible y consensuar recomendaciones sobre los métodos de diagnóstico, evaluación y tratamiento de la hipertensión pulmonar pediátrica.

Además de recoger los resultados de las reflexiones y discusiones de los expertos sobre la evidencia disponible, las nuevas direcciones ofrecen información práctica sobre la clasificación de los diferentes tipos de hipertensión pulmonar existente, las terapias médicas y quirúrgicas emergentes, los tratamientos adecuados aprobados y las dosis de referencia, el cuidado óptimo integral del paciente, incluyendo el asesoramiento sobre la atención de apoyo y los aspectos sociales de esta atención, así como sobre las restricciones de ejercicio y de viaje, y asesoramiento sobre el papel de los centros de hipertensión pulmonar que ofrecen tratamiento especializado. Las guías también señalan las áreas en las que es necesaria más investigación, y ofrecen consejos para padres y proveedores de cuidado de la salud acerca de temas especialmente controvertidos como el uso de anticoagulantes, la manera de determinar si un niño con hipertensión pulmonar puede participar con seguridad en la práctica de ejercicio o en qué manera la altitud puede causar o empeorar la hipertensión pulmonar.

Los redactores del documento de referencia destacan que si bien las directrices definidas proporcionan una base común que se echaba en falta, y que los niños con un correcto diagnóstico y tratamiento tienen ahora un mejor panorama, sigue existiendo una gran necesidad de datos e investigaciones más específicas para tratar de mejorar aún más los resultados en los niños afectados esta condición.

Palabras claves:
  • directrices de tratamiento
  • guías clínicas
  • hipertensión pulmonar
  • paciente pediátrico

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.