Sesión Bibliográfica. 01 de Enero de 1995 (6)

Aproximadamente un tercio de las embarazadas sufren hemorroides. El tratamiento inicial es dietético (con medidas similares a las descritas para el estreñimiento - Ver ficha: Estreñimiento asociado al embarazo) e higiénico (baños de asiento en agua tibia, lavarse con agua fría y jabón tras cada defecación). La prevención del estreñimiento con laxantes formadores de bolo también mejora los hemorroides. Los antihemorroidales tópicos se consideran seguros, ya que pasan en pequeñas cantidades al torrente circulatorio. A pesar de ello hay que tener precaución, pues muchos de ellos contienen principios activos que pueden ser perjudiciales para el feto. Los anestésicos locales se administran en la zona perianal, y en periodos cortos de tiempo, su uso prolongado puede dañar la mucosa anal. Los vasoconstrictores para uso externo (p.ej. efedrina, epinefrina) no se deben administrar en el embarazo, pues al absorberse en las mucosas pueden conducir a nerviosismo, náuseas, pérdida de apetito e hipertensión. Los protectores (calamina, aceite de hígado de bacalao, glicerina, aceite mineral, óxido de zinc, etc.) son seguros, pues apenas se absorben. Se consideran de primera elección, salvo las sales de bismuto, que pueden inducir reacciones adversas. También se pueden usar agentes astringentes como el extracto de Hammamelis. Los corticoides tópicos pueden absorberse y causar daño fetal, por lo que se desaconseja su uso continuo en embarazadas. El ácido tánico, los compuestos con boro, la atropina y el resorcinol, no se deben utilizar puesto que su absorción en el área anorectal puede producir toxicidad.
Palabras claves:
  • ESTREÑIMIENTO
  • ADMINISTRACIÓN
  • ASTRINGENTES
  • VASOCONSTRICTORES
  • ANTIHEMORROIDALES
  • PROTECTORES
  • TERATOGENIA
  • LAXANTES
  • ANESTÉSICOS

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.