Sesión Bibliográfica. 21 de Diciembre de 2015 (413)

A día de hoy, la etiología del autismo continua sin estar clara. La prevalencia del autismo infantil ha aumentado de 4 casos por cada 10.000 niños en 1966 a 100 casos por cada 10.000 en la actualidad. Este aumento puede atribuirse a la existencia de mejores criterios de detección y a la ampliación de factores a considerar para el diagnóstico que ha tenido lugar en los últimos tiempos, pero los estudios realizados han determinado que la predisposición genética, factores de riesgo ambientales y la depresión materna pueden jugar un papel en la aparición de este tipo de trastorno.

La asociación entre el uso de antidepresivos durante la gestación y el riesgo de desarrollo de trastorno del espectro autista (TEA) en los niños es un tema controvertido. Una nueva investigación se ha centrado en esta temática, de especial interés si se tiene en cuenta que en los países desarrollados entre el seis y el diez por ciento de las mujeres embarazadas están actualmente recibiendo tratamiento con antidepresivos durante el periodo de gestación. Los investigadores, expertos en el campo de la seguridad farmacéutica durante el embarazo, analizaron concretamente las consecuencias de la exposición a antidepresivos en el segundo y tercer trimestre del embarazo, periodo crítico en el desarrollo neuronal del feto, utilizando registros recogidos durante el periodo 1998-2009 que incluían datos de todos los embarazos y de los seguimientos pediátricos de la provincia de Quebec, en Canadá. Para el análisis se seleccionaron los 145.456 partos únicos de nacidos vivos a término, cuyas madres recibieron cobertura del plan gubernamental de medicamentos durante al menos 12 meses antes y durante el embarazo.

Un total de 1.054 niños (0,7%), en proporción 4:1 niños respecto niñas, fueron diagnosticados con autismo, autismo atípico, síndrome de Asperger, o trastorno generalizado del desarrollo; el diagnóstico tuvo lugar, en promedio, a los 4,5 años de edad. Después de ajustar por distintos factores de confusión, el uso de antidepresivos durante el segundo y/o tercer trimestre del embarazo se asoció con el riesgo de TEA con una razón de riesgo ajustada, del 1,87 (IC del 95%, 1,15-3,04). En el caso concreto del uso los antidepresivos del grupo de los inhibidores de la recaptación de serotonina la asociación con el riesgo de TEA se demostró aún mayor (razón de riesgo ajustada 2,17; IC del 95%, 1,20-3,93). El riesgo observado persistió incluso después de tener en cuenta los antecedentes maternos de depresión.

Los autores otorgan a estos resultados total plausibilidad biológica pues el periodo gestacional analizado momento es crucial en el desarrollo cerebral intrauterino, y concretamente la serotonina está implicada en numerosos procesos de desarrollo pre y postnatal, incluyendo la división celular, la migración de las neuronas, la diferenciación celular y la sinaptogénesis.

Determinada la existencia de esta asociación, en opinión de los investigadores responsables del trabajo se hacen necesarias nuevas investigaciones que permitan evaluar de forma específica el riesgo de TEA asociado con los tipos de antidepresivos y las dosis tomadas durante el embarazo.

Palabras claves:
  • antidepresivos durante el embarazo
  • autismo
  • inhibidores de la recaptación de serotonina

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.