La fibrilación auricular es la arritmia cardíaca más frecuente. La actuación inicial debe dirigirse a tratar los posibles factores precipitantes como infarto, insuficiencia respiratoria aguda, tirotoxicosis e intoxicación alcohólica aguda.
El tratamiento se dirige a reducir el ritmo cardíaco y a prevenir las complicaciones tromboembólicas.
La primera terapia a considerar es la anticoagulante, en principio por vía oral, si el paciente está hemodinámicamente estable, sino, heparina por vía parenteral. Después deben valorarse la cardioversión y/o fármacos antiarrítmicos (clase IA, IC, III).
- Si el ritmo cardíaco se recupera, mantener al paciente con tratamiento antitrombótico (anticoagulantes orales o aspirina, según presente o no factores de riesgo) durante 4 semanas y suspender, si la evolución es favorable. Si la evolución es tórpida se optimiza el tratamiento antiarrítmico.
- Si el ritmo cardíaco no se recupera, mantener al paciente con terapia antitrombótica y añadir antagonistas del calcio, beta-bloqueantes o digoxina.
Si fracasa la terapia farmacológica existen otras terapias alternativas, como un desfibrilador, pero son más agresivas y se reservan cuando no se consigue control del ritmo cardíaco con el tratamiento farmacológico.
Palabras claves:
- ANTICOAGULANTES
- CALCIO
- DIGOXINA
- HEPARINA
- BETA-BLOQUEANTES
- CARDÍACA
- ARRITMIA
- ANTAGONISTAS
- ASPIRINA
NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.