Sesión Bibliográfica. 01 de Enero de 1996 (7)

La diabetes y la hipertensión son 2 patologías que frecuentemente coexisten. Se presentan con mayor frecuencia juntas que independientes, y parece que existe una interrelación entre ellas. No está claro cuál es el mejor antihipertensivo y en qué momento debe iniciarse en los pacientes con diabetes. Para evitar una aceleración del deterioro renal se recomienda iniciar tratamiento antihipertensivo cuando los niveles de tensión arterial superan los valores de 130/85 mmHg. Un buen control de la hipertensión puede enlentecer la progresión de la nefropatía diabética. La selección racional del antihipertensivo en el paciente con diabetes depende del efecto de cada medicamento sobre la glucosa, la insulina, el riñón y el sistema cardiovascular. Tratamiento no farmacológico de la hipertensión en pacientes con diabetes: reducción del peso, ejercicio, restricción de sodio, eliminar el tabaco y disminuir la ingesta de alcohol. Tratamiento farmacológico de la hipertensión en el paciente diabético: los IECA han mostrado efectos positivos sobre la glucosa, insulina, lípidos y albuminuria. En general serían los fármacos más adecuados. En segundo lugar tenemos los antagonistas del calcio no dihidropiridinas (verapamilo y diltiazem), seguidos por los alfa-bloqueantes (prazosin y doxazosina) y diuréticos a dosis bajas (hidroclorotiazida a dosis máxima de 25 mg/día). La clave del éxito del tratamiento de los pacientes con diabetes e hipertensión es la monitorización adecuada y contínua y la intervención a tiempo.
Palabras claves:
  • CALCIO-ANTAGONISTAS
  • ALFA-BLOQUEANTES
  • SELECCION
  • DIURETICOS
  • COMPLICACIONES
  • DOSIS
  • RIESGOS
  • DIABETES
  • RECOMENDACIONES
  • IECA

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.